Cándido Fernández Riesgo

Cándido Fernández Riesgo nació en La Parte (La Carrera, Siero) el 16 de Enero de 1890, y a los tres años se trasladó a vivir a Sama, donde pasaría la mayor parte de su vida.

Una vez finalizados los primeros estudios se fue a Madrid a estudiar la carrera de Medicina, donde se licenció en 1912. Mientras, en 1911, había sido clasificado como excedente de cupo, quedando exento del Servicio Militar.

En 1915 es nombrado médico de la ambulancia de la Cruz Roja en Langreo, y en 1916 se embarca como médico del buque «S.S. México», de la Compañía General Transatlántica de París, realizando el trayecto entre España, La Habana, Nueva Orleans y Le Havre.

No obstante, pronto regresa a Langreo, ingresando en 1917 en el Colegio de Médicos de Asturias e incorporándose como médico de empresa a «Carbones de La Nueva S.A.», cargo que ocupará hasta su jubilación.

Republicano durante toda su vida, sus convicciones políticas le acercaron a las posturas pequeño burguesas del Reformismo, simpatizando con el partido Melquiadista hasta la guerra civil.

Con todo, hay que destacar como rasgo fundamental de su biografía un profundo langreanismo, que le llevó a estar vinculado y  comprometido con la problemática de su tierra de adopción, lo que puso de manifiesto durante su activa y continua participación en la vida social y cultural langreana. Así, entre Abril de 1927 y Febrero de 1928 fue Alcalde de Langreo en un período de cierta inestabilidad bajo la dictadura de Primo de Rivera. Hubo de abordar en su breve mandato los dos principales problemas del momento: de una parte los duros enfrentamientos localistas entre Sama y La Felguera, y de otra la dotación de infraestructuras urbanas básicas del concejo, y en concreto las necesidades más urgentes, relacionadas con el abastecimiento de aguas y la extensión del alcantarillado.

Respecto a los choques localistas, su actuación consiguió armonizar los intereses de ambos pueblos, tal como queda plasmado en las actas de la corporación. Ya anteriormente había tenido una activa y decisiva intervención en el mantenimiento de la unión del Municipio, cuando La Felguera inició a partir de 1924 su intento segregacionista por vía judicial, adoptando una postura decidida, principalmente junto a Jerónimo González y Manuel Llaneza, para conservar la integridad del mismo.

En lo relativo a las infraestructuras, impulsó los proyectos, entonces paralizados, para que se llevase a cabo la traída de aguas desde el exterior del concejo, debido a la insalubridad y escasez de las propias, como consecuencia de la intercepción de los manantiales por las explotaciones mineras; por otra parte también impulsó la instalación de un alcantarillado moderno en Ciaño, Sama y La Felguera. No obstante, y a pesar de tales iniciativas, las obras no habrían de culminarse hasta unos años después, durante la década de los años treinta.

 

Tras su salida del Ayuntamiento y la llegada de los inestables años de la República, la Guerra Civil y la Dictadura, se alejó definitivamente de la política activa, centrando su iniciativa en otras actividades sociales, en las que participó durante toda su vida; así, fue presidente de la Sociedad de Festejos de Santiago, la Rondalla Langreana, el Racing de Sama, el Ateneo Popular, la Sociedad La Montera, la Asociación de Caridad de Langreo y del distrito del Colegio de Médicos, además de participar en diversas comisiones, como la encargada de restaurar la iglesia parroquial de Sama.

Obtuvo la Medalla de la Orden de Sanidad; en 1947ingresó como miembro correspondiente en el Instituto de Estudios Asturianos, y se jubiló en 1960, siendo nombrado por el Ayuntamiento Cronista Oficial de Langreo. Falleció en Sama el 11 de Mayo de 1974. Posteriormente el Ayuntamiento dio su nombre a una calle en Sama de Langreo.