Miguel Munárriz

Nació en Gijón, cumplió 2 años en Tánger y desembarcó en Langreo, en plena Cuenca del Nalón, en donde creció al tiempo que las fábricas y los pozos mineros.

Miguel Munárriz poeta Langreo

Desde entonces tuvo una relación curiosa con la fantasía que descubría en los libros y la realidad de una sociedad en permanente cambio, propiciado por las reivindicaciones de los mineros y de los metalúrgicos, y el nacimiento de foros culturales que surgían como hongos. En ese ambiente, que recuerda de manera gráfica como una flor saliendo airosa de un resquebrajado bloque de granito, se formó, entre el vuelo que le daban la lectura desaforada y anárquica de los libros prestados en la biblioteca municipal, y el miedo al poder absoluto, del que se encargaban de recordarle cada día en la escuela y en la calle. Aun así, la infancia es ese espacio sagrado que alojamos en la memoria. José Hierro lo dijo mejor:
«Cuántas veces he vuelto, en sueños
a lograr aquella mañana…»
Fue colaborador en diversos medios de comunicación, coordinador de talleres literarios, premios de novela y congresos de escritores, de cuyas jornadas queda constancia en algunos libros: Encuentros con el 50, la voz poética de una generación (Brines, Barral, Goytisolo…), 1987; Narrativa 80 (Muñoz Molina, L. M. Díez, Millás…), 1988; Literatura Hispanoamericana, Realidad y Ficción I y II (Bioy Casares, M. Benedetti, Sergio Ramírez, J.R. Ribeyro…), 1991-92; Últimos 20 años de Poesía Española (L.G. Montero. J.L. Panero, A.M. Sarrión…), 1993; Ejercicios de Estilo (Rosa Montero, Bernardo Atxaga, Manuel Rivas…), 1997; Para envolver el pescado. El periodismo a examen (Pérez Reverte, Emilio Alarcos,), 1998; Opiniones contundentes para el siglo XXI (M.V. Montalbán, Boadella, Manuel Vicent…), 2000. Elaboró una antología de la poesía de Ángel González para el libro Verso a verso; colaboró en el guion de dos programas de TVE sobre el poeta, y se embarqué en una aventura editorial mínima, de libros de gratísimo recuerdo, entre el que está Guía para un encuentro con Ángel González (Luna de Abajo, 1985). Hizo sus pinitos con la poesía y publicó Vivir de milagro, título prestado por Ramón Gómez de la Serna, que en su Autobiografía dice: “Vivir de milagro todos los días llegó a ser en mí una costumbre”.

Bajo la protección de Juan Cruz estuvo al frente de la comunicación de las editoriales del Grupo Santillana: Alfagura, Taurus, Aguilar y El País-Aguilar, y 3 años antes, acudiendo a la llamada de Juan Carlos Laviana, se hizo cargo de la coordinación de “La Esfera”, el suplemento cultural de El Mundo. Buenos años de aprendizaje que le sirvieron para que aquellas páginas recibieran en 1999 el Premio Nacional de Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura.

Ejerció como delegado del Principado de Asturias en Madrid durante casi 4 años.

Posteriormente dirigió la Fundación Antonio de Nebrija y asumió la responsabilidad de las Relaciones institucionales de la misma universidad.

También dirigió el Teatro Fernán Gómez-Centro de Arte.
En 2004, la editorial Visor publicó Poesía para los que leen prosa, un libro que aún hoy continúa ocupando un espacio en los anaqueles de librerías con exquisito gusto. Es, como el propio título indica, un esfuerzo para acercar el género poético a lectores no iniciados. Ese mismo año se asoció con asoció con Palmira Márquez y fundaron juntos la Agencia Literaria y de Comunicación Dos Passos.