Salustio Regueral

Salustio González Regueral era hijo de Nicolás, oriundo de Cangas del Narcea (Asturias), y nació en León el 11 de abril de 1829.

En 1846 ingresó en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y se integró automáticamente en una promoción que, por la altura académica de sus componentes fue bautizada por sus compañeros y conocida como “la promoción de los mejores”. Fue declarado aspirante a ingeniero en 1851 y dos años después ingresó en el cuerpo como ingeniero segundo. Solicitó después ser destinado a Asturias –conocida por él desde su época de estudiante— y, de inmediato, el ingeniero jefe del distrito, Calleja, le confía las carreteras de Oviedo a Villaviciosa, Ribadesella a Cangas de Onís y Villaviciosa a Infiesto.

Gracias a su eficacia y buen labor, le encargan proyectos de más importancia, como los de la carretera de Ribadesella a Castilla, desde el puerto de El Pontón a Sahagún, de Oviedo a Santander. Todos estos trabajos le hacen merecedor del respeto de sus superiores, y unos años después, en 1857, es trasladado a Lugo. Se instala en Ribadeo y desde allí proyecta y construye el faro de la «Isla Pancha».

Todas esas tareas harán que le sea entregada en recompensa la condecoración de Caballero de Orden de Isabel la Católica. En 1860 lo nombran ingeniero jefe de la Provincia de Oviedo y, tratando de corresponder a la confianza depositada en él por su superior, el ingeniero Uría, tiende el puente de hierro sobre la ría de Navia, y el de la Llera, en Grado, y traza el proyecto de la carretera de Cangas a Tebongo.

Salustio Regueral Langreo - Mieres

Pasa a residir a Oviedo y participa en los movimientos políticos de su tiempo, vinculándose al principio al partido conservador creado por Cánovas que tenía aquí, en Asturias, seguidores de la talla de los Revillagigedo, Herrero, Alas Pumariño, Agüera, Toreno, Fernández Argüelles, Pérez Vereterra y otros. En las Cortes convocadas por Real Decreto de 12 de agosto de 1863 fue elegido como diputado por Luarca, siguiendo después, a lo largo de legislaturas sucesivas, siéndolo por Laviana y Oviedo, hasta que pasa a ser gobernador en el primer trienio de los años 90.

Instalado en Oviedo a partir de 1860, hace frente a una serie de trabajos que son modelo en su género. El primero de ellos, Tres artículos relativos al proyecto del ferrocarril, tiende a la promoción minera, fabril e industrial de Asturias. Fue tal el eco que suscitaron los artículos que tres años más tarde, en 1865, es nombrado ingeniero director del ferrocarril de León a Gijón, dirección que tuvo a su cargo hasta 1878 en que caducó la concesión otorgada a la Compañía de los Ferrocarriles del Noroeste. Ese margen de tiempo, sin embargo, fue suficiente para que se proyectase y construyese, entregándolas a la explotación, las secciones comprendidas entre León y Busdongo, y Pola Lena y Gijón, trazando además la bajada de Pajares (Lena). Organizó una sociedad para la construcción de aquella obra que hizo el milagro de terminarla en tres años. En agosto de 1884 pasa el primer tren de Castilla para Asturias. La bajada de Pajares fue una construcción a todas luces muy buena para su tiempo.

A él se le debe también el proyecto de abrir una moderna vía de penetración en Oviedo, que, en honor al amigo, se denominará de Uría.

A todos estos trabajos hay que añadir, en 1862, su Proyecto de puerto de refugio de Asturias, en el que, al analizar las posibilidades de distintos puertos, concluye que debe dársele preferencia al Musel.

Sus obras más representativas que afectan directamente a Langreo fueron la carretera de Sama a Mieres y el proyecto del ferrocarril de Soto de Rey a Ciaño-Santa Ana.

Murió en Gijón el día de la festividad de la Nuestra Señora de Begoña, el 15 de agosto de 1892.